lunes, septiembre 18, 2006

Boya

Inmune a la cordura,
sediento de papel,
me vuelo la tapa de los sesos
con intenciones supermarinas.
Ya basta de slow-motion y estrellas caídas al mar;
con la amplitud de una balsa,
floto,
como un espantapájaros que anhela por una gaviota esparcida,
o el borracho que busca el suelo dentro de un receptáculo
que es el mismo mar
en el que siempre sobrevive.